lunes, 9 de noviembre de 2009

"La madrugada es la hora del Diablo, duerme y nos encontramos allí, en tu sueño. Que no te hable de mí"...





Un poeta que no te gusta dijo en alguna parte: "después de todo la nostalgia existe"... Lo sé porque te nostalgian mis dedos, te nostalgian mis manos, te nostalgia mi cuerpo.

Nunca pasan más de dos días sin que te encuentre en sueños. Entonces tu olor me despierta revuelta, con la sensación de tu cuerpo en mis manos. Silenciosos, en sueños no hace falta decirnos nada. Diez dedos expertos traducen el lenguaje de tus ojos y tu boca explora todos mis rincones. En sueños vuelvo a arder y sentirme viva mientras un diablo impotente se acobarda.

Anoche escapaba de la muerte y la encontré en tus brazos. Vinieron a buscarnos para acabar con todas. Eran varias docenas, lo supe por los gritos y el sonido de los cascos. Sé que me dijiste que no debía sentir miedo, pero la muerte llegó ensordecedora y me perdí. No tuve tiempo ni atiné a ponerme el hábito; corrí casi desnuda y descalza hasta el último claustro pensando encontrarte. Tenía frío. Entonces apareciste detrás de un arco y yo extendí mis manos queriendo tocarte. Sé que lo logré, pero me fui entre tus dedos en un charco de sangre...

Où est Monsieur? Où est...